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Los planetas en realidad no cambian de dirección; solo parecen retroceder en el cielo. Es un efecto similar a estar en un tren rápido y pasar junto a uno más lento: el tren lento parece que va hacia atrás. Nuestro viaje a través de julio está influenciado por varias de estas ilusiones ópticas. El místico Neptuno comienza el movimiento. El Maestro Cósmico, Saturno, sigue el mismo camino. Luego Mercurio (comunicación) se pone retrógrado. Es como si el cosmos estuviera presionando el botón de pausa, dándonos la oportunidad de reflexionar e implementar decisiones sabias.
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